por María Mercedes Tenti
Introducción
En el presente trabajo abordaremos el tema de la identidad de
clase, partiendo genéricamente de sus primeras elaboraciones teóricas, en
particular de Carlos Marx, Alfred Weber y Emilio Durkheim, para detenernos en
el pensamiento del historiador inglés Edward Palmer Thompson (1.924 - 1.993).
Thompson, en especial desde sus investigaciones sobre los orígenes del
movimiento obrero inglés, dio interesantes aportes para el estudio de la
cultura popular de los siglos XVIII y XIX
abordando una perspectiva particular sobre el concepto de clase, en
oposición a otras corrientes de pensamiento, en particular a la escuela alemana
neomarxista. También critica a Althusser y a formas del estructuralismo
marxista, al idealismo anticomunista de Karl Popper y al dogmatismo stalinista.
Con su perspectiva plantea una renovación del marxismo heterodoxo y podemos
afirmar que el impacto de su obra en análisis posteriores, ha trascendido la
tradición marxista.
Nuestro principal objetivo es poner en diálogo no sólo a quienes
primero emprendieron sistemáticamente el tema de las clases sociales como identidades
particulares, sino avanzar sobre las últimas corrientes de pensamiento en la
materia, generadas en particular a partir del acuerdo o desacuerdo con el
pensamiento de Thompson, dentro del ámbito historiográfico, y el impacto en los
análisis posteriores que trascienden, como dijimos, la tradición marxista.
Las
clases para Marx, Weber y Drukheim
La “clase” como principio analítico aparece, entendida en términos
modernos, en los siglos XVII y XVIII. Surge como un tipo social claramente
diferenciado, que la define como un “nosotros”, dentro del contexto más grande
de la sociedad. En ese sentido, puede ser identificada en términos económicos,
en general productivos, y es precisamente esa unidad la que le da identidad. En
el origen moderno de clase está la noción de conflicto. Surge alrededor de la
aparición de la burguesía que adquiere una identidad fuerte en oposición a los
otros grupos sociales. En general la idea de la burguesía aparece vinculada a
lo productivo, a lo económico y en un espacio físico particular, la ciudad.
El concepto de clase en términos de explicación del progreso
universal, en el eje y motor del desarrollo histórico surge con el socialismo
utópico y especialmente con Carlos Marx. Para Marx las clases son grupos
sociales que poseen una función concreta en el proceso de producción. Las tres
grandes clases en que divide la sociedad son: los dueños de la tierra, los
propietarios del capital y los trabajadores que no poseen mas que su fuerza de
trabajo. Estos tres grupos corresponden a los tres factores de la producción
según la economía clásica: la tierra, el capital y el trabajo. Al hacer una
división tan amplia, omite casos anexos, si bien destaca las diferencias entre
las tres clases, a costa de las diferencias existentes entre ellas mismas.
Frente a esta clasificación general, Marx usa el término clase en
varios sentidos diferentes. Algunas
veces distingue las tres clases señaladas, otras sólo diferencia dos:
los explotadores y los explotados, los opresores y los oprimidos. Es decir que
en unos casos emplea un concepto amplio de clase, mientras que en otros lo hace
en forma restringida.
Marx divide las clases según los modelos de producción. Así, al
producirse una “subordinación formal del
trabajo al capital”[1],
se da una simple relación monetaria entre quien se apropia del plustrabajo
(el capitalista) y entre quien lo proporciona (el trabajador). El primero pone
bajo su dependencia económica al segundo que vende su fuerza de trabajo. Hay
una relación de superioridad y de subordinación.
Por otro lado, el capital se le opone también al obrero cuando
reúne las condiciones de trabajo objetivas, es decir los medios de producción,
y las subjetivas que son los medios de subsistencia. La subordinación del
trabajo al capital aparece en forma de imposición a través del plustrabajo, ya
que debe establecer los medios para satisfacción de las necesidades del
trabajador, además del esparcimiento necesario para ocupar el tiempo libre.
Se produce una sujeción real del trabajo al capital, del trabajador
al capitalista, especialmente a partir de la multiplicación del capital que se
apodera prácticamente de la producción y el surgimiento de capitalistas
industriales poderosos. Si bien los trabajadores son libres, a diferencia de
los esclavos, siervos, vasallos, etc., son libres solamente en lo formal ya que
están supeditados al factor económico que los condiciona.
Las relaciones de dominación y subordinación son el resultado del
modo de producción capitalista, distintas también a las relaciones jerárquicas
de otros procesos de producción en donde existía cierta autonomía, tal el caso
de los campesinos y arrendatarios libres, que sólo debían pagar al propietario
de la tierra o al Estado, según lo producido, o el caso de los artesanos o
pequeños productores domésticos. Marx plantea el concepto de clase social como
actor fundante del proceso social concreto, y la historia de la humanidad, como
la historia de la lucha de clases.
En el modo de producción, la estructura crea las condiciones para
desestructurar el proceso. Las fuerzas productivas entran en contradicción con
las relaciones sociales de producción y surge una coyuntura de cambio
revolucionario. Surge un momento de revolución.
En él las clases cambian su
posición en la sociedad. En el momento particular de la contradicción, una de
las clases, destinada a apropiarse de los cambios, toma conciencia y realiza
acciones para modificar el estado de cosas. Esa clase es el proletariado. La
conciencia de clase es un elemento básico de la práctica política.
Para Marx una clase social es un grupo social con una función
concreta en el proceso de producción. Las distintas funciones les dan intereses
conflictivos y hacen que actúen de distintas formas. Marx Weber reintroduce la
idea de clase, la legitima dentro del contexto de las ciencias sociales.
Discute con el marxismo y las clasifica
según grupos de status. Distingue las clases según las oportunidades en la
vida. El status a veces se adquiere por nacimiento y puede llevar consigo poder
y privilegio. Pone énfasis en el espíritu de lucro puesto de manifiesto en los
proceso poroductivos concretos. La moral protestante explicaría el origen del
capitalismo y de la burguesía.
Donde Marx definió sus clases en términos de producción, Weber
definió sus estados en términos de consumo, aunque no obstante, ellos no son
siempre índices fiables de status. El modelo de Weber se presentó como una
alternativa al de Marx. Contrariamente, el concepto de Marx se opone al de los
status de Weber, al considerarlos no como la expresión de un consenso, ya que
la sociedad está determinada por los valores impuestos por la clase dominante a
todas las demás.
Marx estaba particularmente interesado en la dominación y el
conflicto - de allí que formula la idea de conciencia de clase -, mientras que
Weber estaba interesado en los valores y estilos de vida. En consecuencia los
modelos de clase y de grupo de status, como los modelos de conflicto y de
consenso pueden considerarse formas complementarias de ver la sociedad, en vez
de contradictorias.
Emilio Durkheim hace otro planteo a partir de la adhesión de los
individuos a los grupos sociales, renunciando total o parcialmente a su propia
naturaleza. El hombre, por ser un ser social, vive actuando en grupos
múltiples, entre los cuales los más importantes son la familia, la patria y la
humanidad[2].
Entre ellos impone una jerarquía, hay una imagen estática de la estratificación
social. Alienta también un tipo de organización corporativa.
Divide la sociedad en categorías que tiene por función abarcar todos
los conceptos. Las relaciones que ellas expresan existen en las conciencias
individuales y sólo pueden hacerse conscientes en y por la sociedad. La
sociedad supone una organización consciente de sí, es decir una clasificación.
El tiempo social, el espacio social, las clases sociales, la causalidad
colectiva, están en la base de las categorías. En síntesis la sociedad no es un
ser ilógico o incoherente, es la forma más alta de la vida psíquica, ya es “una conciencia de conciencias”[3].
El
concepto de clase en Thompson
Dentro de la concepción marxista, el análisis de Thompson es un
análisis teórico conceptual. El objeto del conocimiento histórico son los datos
empíricos y la investigación historiográfica debe organizarse a partir de una
interacción entre los datos empíricos y los conceptos teóricos.
Considera que se debe hablar de “clase”, no de “clases”. Define a
la clase como proceso activo, la clase obrera estuvo presente en su propia
formación. La noción de clase implica la de relación histórica. Para Thompson
no pueden existir dos clases con existencia independiente y luego ponerlas en
relación. La clase cobra existencia cuando los hombres y mujeres que la
componen, y que tienen intereses comunes, se relacionan con otros con intereses
diferentes.
Allí surge la conciencia de clase, determinada por las relaciones
de producción, y que se expresa en expresiones culturales[4].
Si diferencia la situación de clase y la formación de clase, es porque
distingue entre condiciones de clase y la propia clase[5].
Para Thompson “la clase es una formación tanto cultural como
económica”[6]
y diferencia entre situaciones de clase y formaciones de clase, así como entre
condiciones de clase y la misma clase[7],
ya que los individuos actúan a modo de clase, aún antes de que la clase esté
totalmente constituida. Mientras la gente vive con sus relaciones de producción
y ellas la conducen a un conjunto de
relaciones sociales, sus formas culturales propias le permiten capitalizar su
experiencia. Thompson recupera la “historia
desde abajo” como empresa
intelectual y como proyecto político[8].
La clase es algo en formación, tanto social como cultural, y la
definen los hombres a lo largo de su propia historia, como producto de procesos
[9] en
períodos de larga duración. Thompson toma a la clase como un concepto
histórico, está en contra de la definición estructural de clase. Explica las
clases no desde la teoría, sino a partir de su historia. Las clases se van
formando, son proceso históricos. Siempre están en construcción. “La clase la definen los hombres mientras
viven su propia historia y, al fin y al cabo, esta es u única definición”[10].
Allí encontramos conexión con la afirmación de Waldo Ansaldi que las clases
no son, se hacen.
La experiencia va a constituir la conciencia de clase. La explotación
es la experiencia común que lleva a la lucha de clases. La experiencia es la
que une y ablanda la estructura y la superestructura. El concepto de experiencia es el nudo, el
articulador que le hace hablar de la clase en sí y la clase para sí. La experiencia
es un proceso cultural común que unifica a la clase, más allá de las relaciones
de producción.
Considera que la lucha de clases es anterior a las clases, ya que
la formación de la clase y el reconocimiento de la conciencia de clase surgen de la lucha[11],
por lo tanto plantea la lucha de clases previamente a los modos de producción
capitalistas. La categoría analítica adoptada por Thompson para el análisis de
la acción humana es la experiencia. Si la conciencia se percibe a través de la
experiencia, no es directa, sino que toma elementos de la cultura popular. Es
por tanto indirecta. La cultura popular no es una, es heterogénea. Thompson
estudia la clase en sí, aún en ausencia de la conciencia. En la lucha de clases
sin clases, la clase en sí se convierte en clase para sí[12].
La preocupación de Thompson es mostrar a la clase en forma visible
en la historia, como proceso social real[13].
Las relaciones de clase son dinámicas y cambiantes con referencia a los modos
de producción, por lo tanto diferencia a la clase de las relaciones sociales de
producción. Se opone a la ecuación a la que se reducía la formación de la clase obrera: “energía de vapor + sistema industrial =
clase obrera”[14].
Es en el ámbito de la cultura donde se conformaron las identidades de las clases
subordinadas y de allí surgieron los grupos sociales que trataron de alterar el
orden social.
Las
críticas a las concepciones de Thompson
El concepto de clase de E. P. Thompson dio lugar una serie de
argumentaciones en su contra, por parte de distinguidos teóricos e
historiadores europeos. Como conclusión
haremos una síntesis de las principales críticas, desde distintas posturas,
aunque la mayoría surgen del seno de la propia teoría marxista y giran alrededor
de las implicancias políticas a que conducen sus distintas vertientes.
Stuart Hall lo critica al considerar que con su postura inmoviliza
al marxismo en la conexión de la clase en sí y la clase para sí, y las
consecuencias políticas y prácticas que conlleva esta concepción. A juicio de
Hall este optimismo thompsoniano tiene manifestaciones populistas.
Cohen se opone a su idea respecto a que la clase no determina la
conciencia de clase, argumentando que la clase puede ser definida
estructuralmente según los modos de producción. Esta idea es compartida por
Perry Anderson que afirma que “la definición de clase es en exceso
voluntarista y subjetivista”[15] y
critica la forma de tratar las condiciones objetivas de acumulación de capital
y de industrialización, externamente a la formación del proletariado inglés[16].
En general Thompson desplaza el foco de tensión de las críticas
hacia la explicación de la presencia histórica de la clase obrera en las fases
pre capitalistas o de formación del capitalismo, afirmando que las relaciones
de producción y explotación estaban ya establecidas con anterioridad. Plantea a
la clase como una relación interna, oponiéndose a la concepción de las clases
como “categoría de estratificación”[17].
Además del subjetivismo y del voluntarismo, se lo acusa de
excesivo empirismo, de experiencialismo, ya
que no define la clase en forma de modos de producción, a la vez que no
define experiencia y cultura. En general le da prioridad explicativa a lo
empírico y los valores empíricos que crea, dificultan el proceso de
generalización. Ante su oposición a realizar análisis de tipo estructurales
recibe críticas obviamente de los estructuralistas.
La concepción de Thompson es voluntarista ya que considera que la
clase debe encontrar por si misma su propio destino. La clase con la conciencia
que tiene debe defender sus intereses, razón por la cual no debería existir una
clase de intelectuales que lleve adelante sus postulados. Al incluir la historia dentro de la teoría,
la acerca demasiado a la política, por su propia militancia en el laborismo.
Finalmente, el análisis de Meikisins Wood, justifica los textos y
la postura de Thompson en una discusión encerrada en si misma, de defensa de
sus postulados teóricos. Coincide con Thompson en que la teoría marxista
significó un abandono de la clase trabajadora como agente de transformación
social a través de la lucha de clases[18],
para proponer finalmente una redefinición de la teoría y práctica marxista,
para poner fin a la negación de la actividad de la clase trabajadora en la
construcción de la historia.
Bibliografía
- DURKEHEIM, Emile; “De la división del trabajo social”; Schapire; Buenos Aires; 1.967.
----- “El suicidio”; Schapire; Buenos Aires;
1.965.
----- “La educación moral “; Schapire; Buenos
Aires; 1.972.
- ILLADES, Carlos; “Introducción”’ en THOMPSON, E. P.; Historia social y antropología;
Instituto Mora; México; 1.997.
- MEIKSINS WOOD,
Ellen; “El concepto de clase en E. P.
Thompson” en Contra la corriente. Historia, Teoría y Política Año 1, N*
1; Buenos Aires; 1.993.
- RUBEL, Maximilien; “Páginas escogida de Marx para una ética socialista”; Amorrortu.
Tomo I. Buenos Aires; 1.974.
- THOMPSON, E. P.; “La formación de la clase obrera en
Inglaterra”; Tomo I. Crítica;
Barcelona 1.989.
- WEBER, Max; “Economía y sociedad”; Fondo de Cultura
Económica; México; 1.969.
[1]RUBEL, Maximilien; “Páginas
escogida de Marx para una ética socialista”; Amorrortu. Tomo I. Buenos
Aires; 1.974; pág. 225.
[2] DURKEHEIM, Emile; “La educación moral “; Schapire; Buenos
Aires; 1.972 pág. 86.
[4]THOMPSON, E. P.; “Prefacio”; en La formación de la clase obrera en
Inglaterra; Tomo I. Crítica;
Barcelona 1.989; Pág. XIII y XIV.
[5]MEIKSINS WOOD, Ellen; “El concepto de
clase en E. P. Thompson” en Contra la corriente. Historia, Teoría y
Política Año 1, N* 1; Buenos Aires; 1.993; pág. 53.
[14]ILLADES, Carlos; “Introducción”’
en THOMPSON, E. P.; Historia social y
antropología; Instituto Mora; México; 1.997 pág. 14.
buen trabajo!
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