María
Mercedes Tenti
El estado español, en sus
planes expansionistas, supo conciliar los intereses privados con los propios,
para lo cual se firmaban capitulaciones entre representantes de la corona y los
conquistadores que decidían, por su cuenta, la empresa de someter parte del
continente desconocido, con la esperanza de que, posteriormente, la corona les
reconociese el esfuerzo realizado. Muchas veces las capitulaciones, si bien
eran firmadas por un solo hombre, no siempre la realizaba este individuo solo,
sino que, por atrás suyo, actuaban socios capitalistas que participaban también
de los beneficios, para lo que se firmaban contratos especiales frente a
escribanos. En estos contratos dejaban constancia de sus aportes, derechos y
obligaciones.
La primera expedición al
Tucumán, en 1543, conocida como la entrada de Diego de Rojas, fue costeada por
Diego de Rojas, Felipe Gutiérrez y Nicolás de Heredia. Cada uno aportó con
30.000 pesos oro, suma importante para la época. Los beneficios variaban desde
adjudicación de mercedes de tierra, encomiendas de indios o cargos de gobierno.
Rojas había participado en
la última etapa de la conquista de México y en Guatemala y luego marchó al
Perú, donde fue designado por Francisco Pizarro gobernador de Charcas. La
turbulencia de las huestes españolas, luego de pacificado el Perú ante las
disputas de Diego de Almagro y Pizarro
por las posesiones, hizo que el virrey del Perú, Cristóbal Vaca de Castro,
decidiera enviar a Diego de Rojas rumbo a la región del Tucumán, con el objeto
de hacer un reconocimiento.
Se tenía noticias de estas
tierras por la expedición de Almagro primero, que pasó por el actual norte
argentino rumbo a Chile, hacia donde penetró por el paso de San Francisco.
Luego llegaron referencias de Francisco César y un grupo de hombres que
salieron del fuerte de Gaboto (en Sancti Spiritu), a orillas del Paraná, y
llevaron la noticia al Perú de la existencia de una zona rica en plata,
denominada, a partir de entonces, ciudad de los Césares.
No se sabe exactamente con
cuántos hombres ingresó Rojas al territorio del Tucumán. Levillier cree que no
pasaban de doscientos. La entrada de Rojas, de una duración de tres años y
medio, dio una importante información sobre esta región y permitió que pudieran
ingresar futuras expediciones como la de Juan Núñez de Prado, Francisco de
Villagra y Francisco de Aguirre. Esta fue la primera expedición que penetró en el
actual territorio santiagueño. Los
historiadores que analizaron esta entrada, no coinciden totalmente respecto a
sus objetivos e itinerario, ya que las noticias que se tienen de la misma son
de distinto origen y a veces se contradicen.
En 1543 partió Rojas desde
Cuzco, Perú; luego debía seguirle Gutiérrez y más tarde Heredia, con cien
hombres más entre los dos. En la empresa iban dos sacerdotes, Francisco Galán y
Juan Cedrón, y algunas mujeres españolas, entre ellas Catalina de Enciso, mujer
de Gutiérrez. Siguiendo el denominado camino del
inca ingresó al actual territorio argentino y llegó a Chicoana, en los Valles Calchaquíes (actual provincia de Salta). Luego
reinició la marcha con dirección sudeste, ante el ataque de los nativos que
frente a la superioridad del enemigo, y sobre la base del conocimiento de la
tierra y la naturaleza, se escondían en lo alto de las montañas y en los
bosques intrincados, desde donde los atacaban con piedras y flechas. Un mes más
tarde, tras descender las sierras del Aconquija, por una quebrada que era
camino natural entre las cumbres y la llanura, arribó al sur de la actual provincia
de Tucumán, pasados los Andes.
Rojas, al
que se le había reunido Gutiérrez, prosiguió hacia el sudeste. La marcha se
hacía cada vez más sacrificada por el hambre, la sed, los tremendos calores y
la hostilidad de los indígenas. Andaban y andaban y los indicios de riquezas no
aparecían. El desánimo comenzó a cundir y también la difamación y la intriga
para crear resentimiento entre los dos capitanes.
Tras continuos
enfrentamientos con los aborígenes, penetró en territorio santiagueño por las
sierras de Guasayayán. El cronista Cieza de León describe la zona como muy
calurosa, con un calor abrasador, por donde cruzaron escasos de agua, por lo
que algunos españoles murieron por esta causa. Los pobladores, conocidos
genéricamente como juríes eran altos, delgados, sedentarios, y se dedicaban a
la agricultura, especialmente al cultivo del maíz. En la zona de Maquixasta (Maquijata) -actual departamento
Choya-, en 1544, en un enfrentamiento con los tonocotés, Diego de Rojas fue
herido en una pierna con una flecha, probablemente envenenada, y, luego de una
larga agonía, finalmente murió. Durante su enfermedad fue atendido por Catalina
de Enciso, mujer de Gutiérrez, a quien se acusó de envenenar al jefe de la
expedición para que su compañero asumiera el mando. Antes de morir, Diego de
Rojas, creyendo los rumores que circulaban en el campamento sobre el supuesto
envenenamiento por parte de la
Enciso , designó jefe a Francisco de Mendoza y envió a Gutiérrez y Enciso de regreso al Perú.
Mendoza, al tiempo que los
desterraba, continuó viaje rumbo al
este, hacia Soconcho y a orillas del río Dulce estableció el fuerte de Medellín, en 1544, primer poblado
español con cabildo, autoridades y unos 180 habitantes. La zona estaba poblada
por los sanavirones que cultivaban maíz, algarroba y mistol y criaban las
denominadas ovejas de la tierra (llamas).
No bien subordinó bajo su mando a Nicolás de Heredia,
que recién llegaba del Perú tras una penosa travesía, siguió por el país de los
diaguitas, recorriendo las actuales
provincias de Catamarca, La
Rioja y norte de San Juan, hasta entrar en Córdoba por el
valle de Calamuchita, en 1545, poblado por los
comechingones, nativos también sedentarios, altos y con barba.
Atravesaron zonas cenagosas y salitrales, enfrentándose permanentemente con los
nativos, quienes les mataron gran número de caballos. Allí levantó el fuerte de
Malaventura, denominado así por
las penurias que sufrieron los conquistadores, ante el ataque permanente de los
pueblos originarios. Ocultos en los árboles vigilaban al acecho, atacaban de
noche o en pequeños grupos.
El real quedó a cargo de
Heredia y Mendoza continuó rumbo al Paraná, hasta el lugar donde Sebastián
Gavoto, entrando por el río de la
Plata , había levantado
el fuerte de Sancti Espíritus. Luego
de tres meses de difícil travesía regresó, pero al poco tiempo murió Mendoza asesinado,
como consecuencia de una conjura. Heredia, al mando de la expedición, regresó
al Perú en 1546, pasando por el actual territorio de Santiago del Estero, por
la zona saladina, en donde encontraron “maíz y mucho pescado”.
La importancia de esta
empresa, que había durado más de tres años, reside en que fue la primera que realizó un
reconocimiento efectivo de la región del Tucumán, base para expediciones
pobladoras posteriores. La ruta iniciada por Diego
de Rojas y concluida por Mendoza y Heredia, marcó el comienzo de la penetración
española al extenso e ignoto territorio limitado, al oeste, por la cordillera
de los Andes y, al este, por el océano Atlántico y el río de la Plata -nombre que entonces
incluía al Paraná.
Para comprender el pasado
en la etapa conquistadora no hay que caer en interpretaciones extremas que
llevan a la conformación de lo que se puede denominar como la leyenda épica.
Los conquistadores venían ávidos de conseguir riquezas, especialmente de
metálico, imbuidos de un espíritu aventurero que los impulsaba a apostar su
capital y su vida en pro de los intereses de la corona española, la difusión
del catolicismo y la satisfacción de sus intereses personales. Y los nativos,
los pueblos originarios, lucharon con denuedo en la defensa de su vida
avasallada.
El sometimiento de los
pueblos conquistados fue la consecuencia en el largo plazo. A partir de la expedición
de Rojas se inició el proceso de aculturación de los nativos y de conformación
de una nueva cultura fruto del choque de civilizaciones y del triunfo de la
invasora. Las asimetrías persisten entre los descendientes de esas poblaciones
invadidas.
Hola, Mercedes:
ResponderEliminarDesde hace tiempo busco información sobre la vida de Diego de Rojas y su entrada. En tu artículo mencionas las capitulaciones firmadas por Diego de Rojas, Felipe Gutiérrez y Nicolás Heredia. Podrías sugerirme dónde podría consultar esa capitulación? dónde podría consultar la lista de las personas que los acompannaron en la entrada? Se conocer algo más sobre la vida de Diego de Rojas (su familia, por ejemplo)?
Saludos cordiales desde Japón.
Hola Atilio: Recién leo tu comentario, por ello te pido disculpas. La capitulación de Diego de Rojas figura en los libros de Levillier. Probablemente tenga un extracto en Vicente Sierra, Historia Argentina. Intenta buscar en la web del Archivo de Indias. Me alegró saber que escribes desde tan lejos. Saludos cordiales.
ResponderEliminarESTIMADO AMIGO, POSEO VARIOS LIBROS QUE DETALLAN LA ENTRADA DE DIEGO DE ROJAS Y SUS HOMBRES POR LOS CAPAYANES, DIAGUITAS Y COMECHINGONES. SI DESEAS COMUNICARTE, PUEDES DIRIGIRTE AL CORREO: soyelamor.21@gmail.com o al facebook Héctor Domingo Páez. Cordiales saludos
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